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  Cartas de Miguel
 

Carta de Miguel Montes a día 5 de enero de 2012

 

            Ayer día 4, me fue notificado, que según el juez de vigilancia de Granada, el jurista del centro penitenciario de Albolote, tengo aplicados todos los tiempos en preventiva, en todas las causas que he pagado, y estoy pagando.

            A este señor jurista, creo que lo razonable sería, que me razone a mi en mi presencia, éstas condenas y todo cuanto le dice al juzgado de vigilancia penitenciaria. Pero por lo visto este señor tiene mucho trabajo, y pocas ganas de aclararme mi condena. Desde hace 14 años, llevo pidiendo que me razonen mi situación penal, pero, ante mi me dan todos la razón, que debo de estar libre. Y se limita solo a reirsede mi cuando manifiesta, que yo pretendo que me abonen con una indemnización el tiempo que estuve fugado. Nunca hemos pedido esta tontería, por no hacer otro calificativo de este comentario.

            Escribe en los informes, infinidad de cosas que nada tienen que ver con la realidad, como que fui indultado por causas militares, debería de tener mejores datos. ¡¡Éste señor Jurista!! O lo que sea, yo fui amnistiado, no indultado, fue una amnistía que no llegue a disfrutar, pues debe de constar que no llegue a ser libre, en ningún momento, osea, me dieron por desertor, el mismo día que firme la amnistia.

            Pero ya es sabido por escritos, que consta que este centro manipuló los escritos, que yo mande al Tribunal Supremo, cuando dieron la reforma, de 1996. Tampoco se formuló lo que ordena la transitoria tercera del nuevo código penal, que dice, que todos los directores de prisiones, deben de mandar a cada juzgado, , para que tengan conocimiento de qué deben reformar, la causa que tengan con cada preso, si es más favorable al reo, que siempre debe de ser oido al reo, que debe de hacer la reforma cada juzgado, o el último juzgado que dicte la ultima sentencia.

            Este centro, a los tres años de haber salido el nuevo código, osea, en 1999 mandó al primer juzgado que me condenó, que hiciera todas las cuentas de mi condena, este juzgado fue el que me condeno, por participar en un motín en 1978, a tres años de prisión.

            Lo lógico y lo que manda la Ley, es que lo haga el último tribunal sentenciador, o cada juzgado, en el tuviera una casa mi persona.

            El máximo de años a cumplir por los presos comunes que no tuviesen causas mayores, era de 30 años, pero el nuevo código, especifica bien claro, que el máximo de años a cumplir es de 20 años.

            Yo siempre pedí que me fuese aplicado dicho limite de 20 años, por todas las causas anteriores al nuevo código penal, Más 20 años por todas las causas posteriores a 1996. Osea dos bloques de veinte que harían un total de 40 años.

            Pues ninguna causa es mayor de 5 años, por lo tanto creo que 40 años es más que suficiente para saldar todos mis castigos, o penas impuestas.

            Ahora hagamos las cuentas, entré en prisión en 1976, hasta la fecha van 36 años, entre todo el tiempo que estuve fugado suman 1600 días, que hay que descontar de los 36 años, ahora tengo 1990 días de redención ordinaria, y 390 de redención extraordinaria, que suman un total de 2380 días, . Si se decuentan 1600 días de 2380, tengo un super habit de 780 días, de redención, que sumados que sumados a los 36 años que llevo cautivo, , suman 38 años, sin contar ni un solo día de preventivas, que deben de aplicarme según ordena el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo.

            No se quién es el culpable, pero de lo que no tengo ninguna duda, es de que mandan informes, que son falsos, a quién les pide que aclaren mi situación penal.

            En la actualidad me estan aplicando, la doctrina Parot, que es pagar una condena detrás de otra.

            Tambien dice la Ley que han de juntarse todas las condenas a efectos de condicional, cosa que aun no han hecho. Yo pago 12 años a pulso, día tras día, y después otros 12, ¿Dónde esta mi condicional? Todo esta claro, dos bloques de veinte años, uno anterior a 1996 y uno posterior.

            Los que mandan los informes, desconocen su profesión, y se limitan a dañarme y a hacer mi condena perpetua,  por ello denuncio sus actos, ante toda la sociedad, incluyendo jueces, decanos y doctores en leyes. Para que una vez leído este escrito lo examinen y que me digan si he cumplido ya mi condena, y que no jueguen diciendo que yo pretendo una indemnización del estado, por el tiempo que estuve fugado.

            A partir de hoy me declaro en huelga de hambre, y solo beberé un litro de agua diario, hasta que acabe el señor jurista de juzgarme, y de mandar datos falsos que no corresponden con la realidad.

            Y solicito a las personas que tengan conocimiento de leyes, que se pongan en contacto con el centro penitenciario de Albolote, exigiendoles una clara interpretación de mi condena, y que dejen al margen las cosas personales que tengan conmigo, por no acatar ni tolerar, todos los abusos de los que soy testigo y les he reprochado, que son muchos, y muy graves. Incluso con muertes de por medio. Por estos abusos, denunciados ante los directivos, soy continuamente trasladado de prisión a prisión, y así llevo infinidad de años.

            Ya sin más, para no hacerme más extenso acabo y le doy las gracias a toda la prensa, periódicos, periódicos digitales, televisión, radio. Y a todas las personas que nos apoyan.

            Un saludo afectuoso a todas las personas presas que sufren los abusos del sistema carcelario.

Atentamente y a su disposición queda éste preso que nunca dejará de luchar contra la opresión, directa o indirecta,. Si me he de morir en prisión, no será suplicando, ni de rodillas.

 

            ¡¡Gracias por toda su atención!!

 

            Quiero agradecer a Don Jose M. Castillo, por el articulo publicado en el periódico Ideal, del martes 03/01/2012, por su bondad y sensibilidad con las personas presas. Gracias Sr. Do Jose. M. Castillo.

 

Miguel Montes Neiro.



Carta de Miguel Montes a día 11 de noviembre 2011


 Quisiera poseer el conocimiento de las palabras donde pudiese ver la sociedad, mi verdad. Pero no tuve la posibilidad de instruirme socialmente: mis estudios acabaron a los doce años, a partir de esa fecha ya estuve sometido al sistema abusivo y destructivo, que usaron para mi formación. No conozco palabras selectas para hacerme entender por los que representan la ley, y como la ley no juzga la verdad, sólo se limita a juzgar lo que ya han tramado los que la ejecutan, pues no hay forma de que se vea clara mi situación, nadie se sienta conmigo a razonarme las condenas en las que hay infinidad de errores que alargan mi encierro en prisión.


¿Dónde están los juristas de las prisiones? Nunca hablé con ninguno. ¿Por qué no cogen mi expediente y me demuestran si estoy equivocado? Todos los directivos saben que he pagado de más, alegan que si salgo libre puede que vuelva a robar. ¡Qué justa explicación! Pero si así piensan yo les digo que no conduzcan, porque pueden atropellar a algún chiquillo, o a algún anciano.

Es ilógico que cuando saben que he cumplido, aleguen que puede que robe otra vez. ¡Señores superiores! Yo no he puesto a tantas personas a que se comprometan por mí, pidiendo mi justa libertad, para a los cuatro días hacer algún robo o acto que me vuelva a privar de mi libertad.

No crean que no hay respeto y honor en una persona, que el sistema ha intentado destruir de muchas formas. Ahora, ya casi en el fin de mi vida, en el ocaso de mis días, aún conservo el coraje, el cariño, el honor, y el conocimiento para formar a mis dos hijas pequeñas.

Si tardan en darme la libertad, casi sería mejor la eutanasia total, no podría aguantar mucho más esta eutanasia lenta e inútil. Pues aquí no hay vida, lo que conservo es sólo la ilusión de que alguien estudie la totalidad de mis condenas, y vea lo abusivo y falsas trampas que hay y las crueles formas que usaron algunos directivos.

Pero yo no busco más que salir libre, porque ya pagué de más, y ya he pedido en más de una ocasión perdón a quién le causé algún mal.

Y les prometo que le he escrito a la mayoría, teniendo su perdón por escrito, que posee mi abogado Félix Ángel Martín. ¿Qué puedo hacer para salir y vivir con los míos? Cuando haga algo entonces juzgadme o quemadme, pero no me quemen antes de cometer algún delito, ya estoy bastante quemado con 36 años preso, ya está bien.

El señor Ministro de Justicia actual, dice que si me deja en libertad, volveré a robar, yo le digo que no juegue con mi vida, a ser adivino. Mi compromiso expuesto, es compartido por muchas personas, sólo pedimos un S.O.S a la vida.

Estoy convencido que todos los padres desean buscar un paraíso para sus hijos, y que todos los hijos ven como a un Dios a su padre. Bueno, todos no, las mías están castigadas a verme sólo 40 minutos a la semana a través de un cristal donde apenas me escuchan y a 90 minutos al mes, vis a vis. Durante noventa minutos al mes, he de mostrarme como padre y ellas como mis hijas. ¿Acaso yo hice tanto daño en algún episodio de mi vida pasada o actual? ¿Aún tengo que seguir sufriendo más tiempo éste castigo tan desproporcionado e inútil?

Todos somos conscientes de que la balanza de la ley tiene muchas averías, que es donde se consumió mi vida; es visible y claro. ¿A qué esperan para acabar de una vez? Déjenme vivir.

Ya para acabar, darles las gracias en especial a mi familia, mi abogado, a Nacho Uriarte y demás políticos, a Eu Libre, grupo musical, deseándoles un éxito total en su nuevo disco, a Antonio Izquierdo, mi amigo y escritor, al Obispo de Granada, y cuántos periodistas han intervenido con algún articulo, tanto escrito, visualizado o difundido por radio. Gracias por su atención y el apoyo recibido por todos ustedes.

Atentamente y a su disposición queda
Miguel Francisco Montes Neiro.


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Esta carta la escribió Miguel Francisco Montes Neiro el día 18 de noviembre de 2009, durante su último período evadido de prisión. 

 


Carta de Miguel Francisco Montes Neiro

     
Nací en el año 50, en el 76 entré preso, y a partir de entonces se acabó la libertad para mí. 
En la mili se pierde un subfusil, y a mí me condenan a golpes y ofensas durante 5 días, hasta que vienen y me piden perdón, y me dicen que ha aparecido el subfusil; pero desde ese día ingreso en prisión, por deserción. 

Eso ocurrió en 1976, y hasta la fecha en prisión: yo quedo bajo el control penitenciario, o fugado. Yo ahora, más que fugado estoy cansado de soportar tanta injusticia, tanta sinrazón, tanta trampa. 

Que cometí delitos, es cierto. Pero estoy convencido de haberlos pagado. No es agradable vivir una vida al margen de mis seres queridos, de mis hijas. Por ello sólo pido un S.O.S. Yo no quiero delinquir, ni robar, ni traficar ni hacer daño alguno, pero he de vivir, he de ver a mis seres queridos junto a mí. 

Soy ceramista artístico y con mi trabajo sé que puedo darles lo que precisan, pero para poder trabajar he de estar libre, la “ley” debe dejarme claras las condenas que me fueron impuestas, pues no tolero que me juzguen a su antojo, ni cuando y como quieran.

Entiéndanlo, no es amenazar ni coaccionar a nadie, pero si no soy un hombre libre ahora que tengo 60 años, no lo seré jamás. Y así no hay quién viva, o quiera vivir.
No deseo ser una persona en la que se limpien las maldades, ni aguantar a tanta persona indeseable. Una día más, sólo protege la ley a los violadores, a los pudientes, a los seres destructivos, todos gozan de una calidad superior y mejor trato que cualquier preso.
Yo no los deseo juzgar ni debo. Pero es humillante esta ley que a los asesinos de niños los abraza y protege, y a los que queremos a nuestros hijos nos tira y destruye.

No crean que por ser jueces deben de manipular mi vida a su antojo. Yo soy quien ustedes "crearon". ¿De qué se lamentan ahora? Métanse 30 años con locos y menos locos en una prisión, y después díganme si cualquier cosa que hagan la consideran un delito, o pecado.

Por ello y de una vez por todas, les pido un S.O.S para poder vivir libre el tiempo que me quede de vida, ya me destruyó el sistema bastante, no insistan en hacerme daño, no sean tan crueles. Que no sólo soy quien ustedes crearon, tengo mi “yo” personal, mi deseo de mostrarle mi luz a los que quiero, y darles mi presencia, no deseo hacer ningún mal.

Yo entendería que me hiciese daño, a quien yo dañé, en cualquiera de las formas. Pero recibir un castigo gratuito, con el daño que me causa, de manos del que no dañé, es de locura…

Ahora voy a ir subsistiendo como mejor pueda, y aunque no confío en que la ley lo entienda, lo voy a esperar, con la poca fe que me queda. Pero de verdad que no deseo, ni debo, seguir tolerando tanta injusticia.

¿Cómo vivir libre sin papeles, sin casa, sin dinero, sin poder trabajar, en lo que debo trabajar, y para os que debo trabajar? ¿Cómo estar sin los seres que amo tanto? ¿Cómo? Digan cómo… los “justos”, los maestros en este arte que llaman vivir libre.  

Entiendo que sabría vivir, si no tuviera la cruz que llevo, desde siempre. Si he de seguir así mucho más, no se por qué camino arrastrar la cruz. Ni si me doblegará, pero no es lo que quiero ni merezco.

Por ello, les pido un S.O.S, por agotarse el tiempo de mi vida, y aún no poder haber empezado a vivirla. Eso sí que es un castigo ejemplar e inmerecido, quién mejor que yo para saberlo.

La sociedad me ve como me describen los que dicen representar la ley, pero yo no soy así, ni parecido, ni siquiera ellos dominan mi corazón, o mi mente.


 

¿Dónde estan esos psicólogos? Venid a hacerme psicoanálisis, y criminólogos, a ver si soy un criminal, pero no más carcel gratuita. Ya está todo saldado por mi parte, la deuda que se pueda tener, está saldada. Allí me quisisteis tener hasta mi fin, yo no lo acepto, y daré pruebas a la sociedad de que es verdad cuanto digo, si me dan tiempo, y no me cogen antes, pero son tantos los que pueden cogerme, que no se si lo llegaré a lograr.

Es cruel, muy cruel, el castigo recibido. Ahora dejadme en paz de una vez, dejadme hacer cosas bonitas, que cree para los míos un mundo menos malo, pero con algun color, no sólo la oscuridad y la locura. Dejen al menos que se lo dé a mis hijas, ellas no son culpables de mis actos, ellas son algo esencial para mí, son mi dios, todo cuanto deseo tener cerca de mí. 

Ellas me lanzan con todo mi yo hacia ustedes, para que a través de la sociedad, y ante toda ella, pueda comprometerme ser por siempre un hombre útil, gentil, amable y amante de los míos, luchador y creador de cosas bellas.

¿Qué pierden por intentarlo? Nada, no pierde nadie. ¿Qué les pasaría? Nada. Entonces… ¿qué pasa? ¿Quién es el malo de la película que es mi vida? ¡¿Qué papel me obligais a hacer en mi propia vida?! ¡¡¡En mi vida!!!

Tengan en cuenta esto, no es ficción, es real, es mi vida la que se agota sin haberla vivido. Háganme la cuenta bien en mi condena, con sólo eso seré libre, lo que me sobre no lo usaré jamás.

Tengan eso claro, no pido ayuda para no respetarla: tengo honor, pero poca fuerza, para mostrarlo en la situación mía, y por ello estoy dispuesto a hacer cuantas entrevistas crean necesarias, en la prensa, o donde sea, para lograrme hacer oír, y que se haga la ley como esta escrita, tal como es, no como quiera un “funcionario” que no funciona nunca.

Después de hacer las cuentas bien lo pagaré, lo prometo, me presento a pagar el resto, pero hagan las cuentas: cuánto y qué llevo, y díganme el resultado. 

                                                        Miguel Francisco Montes Neiro





Miguel Montes con sus hijas. Ellas llevan toda la vida visitándolo en la cárcel y ya es hora de que tengan una vida normal. Miguel no es el único que sufre éstas injusticias de la ley.

 
 
  Contacto de medios: 656680011 Encarnación Montes.  
 
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